CECILIA ALEGRÍA
María Cecilia AlegrÍa Varona nació un 23 de diciembre de 1958 en Santiago de Cuba, próxima a la Sierra Maestra, cuando Fidel y sus barbudos combatían con las tropas de Batista. Y ya de bebita, mostró su milagrosa alegría y su empeño por vivir. ¡Contaba mi madre que prácticamente no lloraba en los bombardeos!
Mi padre le puso de nombre María Cecilia por el barco que le llevó al exilio a Chile, salvándole la vida de una persecución política tan cruel como implacable cuando tenía tan solo 25 años. Además, Santa Cecilia es la Santa Patrona de la Música, que sobrevivió a las torturas y asfixia a las que fue sometida por causa de su fe, cantando y sonriendo en honor a Dios. Será por ambos motivos que mi hermana Ceci siempre hace honor a su nombre, y navega aún hoy, por las procelosas aguas de esta dura vida, sonriente y cantarina, predicando su fe y su amor por Dios y por el prójimo, radiante, juvenil y proactiva.
Ya en Lima, de niña y adolescente, fue muy tímida y yo, el “chistoso” y bromista de la familia, la tuve harta con apodos y bromas de mal gusto, pese a que siempre nos quisimos y respetamos. Ella superó mis bromas de hermanito menor con la única y sabia estrategia que ha aplicado siempre: sobrellevar y no enfrentar. Yo la quiero mucho y le agradezco que sea como es: buena y noble, alegre y eternamente juvenil.